Dentro de los cuadros que vemos colocados en lugares públicos se encuentran muchas veces las preeminencias del amor. Cada vez que las veo me tomo el tiempo de leerlas y releerlas para darme cuenta otra vez mas cuanto me falta para llegar a desarrollar las cualidades del verdadero amor por el otro.
Este texto fue escrito por Pablo a los corintios un año después a la fundación de la iglesia; probablemente entre el año 52 y 56 después de Cristo (varia de acuerdo a los comentaristas) desde la ciudad de Éfeso.
Los tres primeros versos que no suelen figurar en los cuadros aclaran que cualquier cualidad que tenga el hombre sin amor es inútil. Uno puede ser el mayor altruista del mundo sin experimentar amor por aquel al que se le hace bien.
Para los que no saben de lo que estoy hablando las preeminencias dicen así:
"El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".
El texto habla que el amor ES, por lo tanto toma carácter vivo con sus propias características.
El que desarrolla el verdadero amor es capáz de esperar, aún cuando ello implique sufrimiento y maltrato por parte de los otros. No es envidioso (o celoso); no desea el control de las personas que ama y tampoco se regodea de sus cualidades.
El que ama tiene la capacidad de poner al otro primero y procurar su bien. No se enoja fácilmente y puede olvidar y perdonar el mal que ha recibido.
No busca nada a cambio pero lo obtiene todo. Nadie es mas dichoso que aquel que ha aprendido a amar de la manera correcta.
Pero ¿Cómo amar de la manera correcta?
Quien no ha sido amado de esta manera nunca podrá imitar ese amor. El amor que se describe es perfecto y no esta mancillado por el egoísmo y los desperfectos inherentes a la humanidad.
Dios es amor... dice la biblia y Él demostró ese amor por nosotros en la vida y muerte de Cristo; el único que FUE amor en esta tierra y vino para salvar a la humanidad del castigo eterno.
Cristo fue el ejemplo perfecto de amor para el ser humano; su vida y sus obras contadas por los discípulos así lo demuestran, su muerte, injusta, fue el acto de mayor amor hacia la humanidad.
Mientras no conozcamos y experimentemos este amor no podremos darlo de la manera correcta...
Daiana