risas que te hacen doler la panza.
Los demasiado de los girasoles,
abrazos que calan el alma.
Movimiento de las piezas de ajedrez pintadas en un tablero,
diálogos eternos y placenteros.
Aprender a jugar,
separarse un rato para poder extrañar.
Cruzarse para encontrarse,
sentarse en la plaza y hablar.
Disfrutar de las cosas simples,
poder confiar.
DAIANA LEBED AVONDET
23/12/2014
23/12/2014