martes, 29 de septiembre de 2009
sábado, 26 de septiembre de 2009
Vivencias
Una hoja cayó lentamente, como suelen hacerlo en el otoño, rodó por mi hombro y rozó mi cuerpo para terminar en el piso. No me moví, no la toqué con mis manos, mi mente estaba demasiado ocupada en otra cosa.Miraba hacia un punto lejano esperando ansiosamente lo mismo que treinta minutos atrás. No era la única, varios esperaban. Algunos rien mientras otros hablan por sus teléfonos, escuchan música o simplemente se ausentan en una posición casi escultural.Las esperas son largas cuando se quiere estar en destino, cuando los que nos rodean son ajenos, cuando algunos pensamientos nos empiezan a taladrar los sesos. Finalmente la mía se terminó, lo que tanto esperaba, o esperabamos, llegó. Parecíamos una jauría de perros rabiosos. Nos amontonamos, chocamos, enfurecimos, nos sofocamos.Alguien trató de ser amable pero sus intentos quedaron ahogados por las expresiones iracundas del resto. Sentía brazos, hombros, piernas por todos lados, el calor se hacía insoportable, las nauseas aumentaban en cada sacudón. Las risas, las charlas, los gritos se hacían insoportables. Una canción conocida en la radio y varios cantando.Una mujer embarazada que desaparece de pronto junto con algunos niños. Parece que hay mas aire, que mis músculos están mas relajados, que las tensiones se están acabando pero dura solo un segundo. Otra vez calor, falta de respiración, gente y gente rodeándome. Un hombre mayo me pregunta la hora pero es imposible responder, no tengo posibilidad de moverme.Me doy cuenta que ya se termina, que no falta tanto, que debo hacer un esfuerzo por llegar a la meta, que entre todas estas personas tiene que estar lo que busco. Extiendo la mano, camino lentamente empujando gente y a la vez tratando de ser amable, piso pies y codeo cabezas. Una vez mas estiro mi mano y logro tocar algo, no distingo que es pero siento que por fin es el final. Se abre el paso delante mío, me avalanzo, una bocanada de aire fresco entra ahora por mi boca y nariz, el sol me ilumina la cara y con una gran sonrisa bajo del colectivo.
lunes, 21 de septiembre de 2009
ilusión
Se mueve rápidamente, mi vista es incapáz de seguir ese punto en el espacio. Sentado junto a la pared lo observo. Ahora se transforma, ese simple punto ahora es una casa, dentro, una familia comiendo; otro punto, una pupila, intento ver en el interior de ella, es que ¿acaso a través de una pupila puede verse el alma de las personas?.Es de noche, camino entre las sombras hasta llegar al único farol de la cuadra donde me está esperando ese auto como todos los jueves. Intercambiamos algo y sigo camino en la oscuridad, a mis espaldas el auto se pone en marcha y lo escucho alejarse. Siento pasos, un ruido, mi grito, el interior de un auto, mas oscuridad, pierdo la conciencia y ahora aparece la luz de a poco. Un lugar blanco, me duele la vista por tanto brillo; no distingo nada mas que ese maldito punto en la pared que se transforma. Ahora es una plaza, una familia que juega y ríe en las hamacas, el y ella se abrazan, en el rostro de ella una lágrima. La pupila de él y otra vez, incertidumbre.Corro a través de los pasillos de lo que parece ser un colegio, me persiguen, guardo el paquete en mi bolsillo y me aseguro de que esté a salvo, en realidad no se que contiene. Los pasos se acercan mas, me asechan; logro refugiarme en una pequeña habitación, demasiado pequeña. Mis perseguidores siguieron de largo aunque pararon un instante frente a la puerta, intento salir sigilosamente pero la puerta está cerrada, forcejeo, asfixia, desmayo y otra vez el cuarto blanco y el punto en la pared.
domingo, 20 de septiembre de 2009
miércoles, 16 de septiembre de 2009
lunes, 14 de septiembre de 2009
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