te vi yo.
Te sentí con mis inquietudes y emociones.
Te identifiqué con mis miedos, mis certezas
e incertidumbres.
Te hablé como me hablaría yo,
te traspasé mis defectos y los doblé;
te subestimé.
Me di cuenta que eras otro pero lo ignoré,
preferí verte yo, pero mas débil.
En ese mirarte sin verte no te amé,
desestimé tu identidad e individualidad,
te ignoré.
Fui incapáz de sentir tu dolor y me aliené;
Como me alieno siempre,
como extrapolo siempre a los otros en yo.
Daiana Lebed Avondet
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