tristeza de un día nublado;
tarde que llora por no ver el sol.
Gris melancólico,
que atrapa el alma con viejos recuerdos
y la llena de tristeza.
Gris que repite;
que reitera sucesos que lastimaron.
Gris que se parece a vos, o a mi,
o a los dos en estos días tibios y distantes.
Gris que hace pensar que la alegría no existe;
pero existe porque reís; y reímos.
Y cuando te hablo y reís ya nada es gris,
porque no puede ser gris aquello que amamos.
Daiana Lebed Avondet
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