jueves, 9 de diciembre de 2010

Aborto ¿progreso o progresismo?

  El título de este texto plantea una buena pregunta que debiéramos hacernos; estamos construyendo para un futuro de mejoras sociales, o si simplemente estamos parados frente a una doctrina que parece racional e innovadora pero que terminará por demostrar nuestra involución como seres humanos.
  El aborto es considerado por la obstetricia como la extracción o expulsión del producto de la concepción antes de las 20 semanas de vida o con menos de 500 gramos de peso. Nuestro código penal considera aborto a la interrupción del embarazo con muerte del producto de la concepción en cualquier momento del mismo.
  Este no es un tema nuevo en Argentina ni en el mundo; y en los países latinos en que aún no se ha legalizado, constituye tema de discusión en la sociedad, los foros legislativos y religiosos, donde cada uno de los bandos procura imponer su ideología a rajatabla.
  Sin querer sonar legista citaré algunos artículos de nuestros códigos o leyes y de tratados internacionales solo para sentar base del tema.
  En 1886 se sanciona en nuestro país el código penal y junto con el mismo surge la problemática de la penalización del aborto. Hasta 1922 se analizarán varios proyectos de ley y algunas modificaciones al código que darán como resultado la legislación hoy vigente.

El artículo 88 del Código penal dice:
Será reprimida con prisión de uno a cuatro años, la mujer que causare su propio aborto o consintiere en que otro se lo causare. La tentativa de la mujer no es punible.

  Como signatarios del Pacto de San José de Costa Rica (o Convención Americana sobre los Derechos Humanos) que entró en vigencia en 1978 damos por válido que:
Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.

  En 1994 el ex-presidente Carlos Menem por decreto declara el 25 de marzo de cada año como "Día del Niño por Nacer". Luego, surgieron algunos proyectos ley para la declaración de los derechos los no natos.   Uno de ellos, fue presentado en el año 2000 por la diputada Patricia M. Ruiz Moreno de Ceballos en la legislatura de la ciudad de Buenos Aires, este no solo intentaba reivindicar los derechos del no nato como persona desde el momento de la concepción, sino que además toca un tema visceral como es el de los llamados “niños no deseados” y dice al respecto: “La Ciudad considera discriminatorio calificar al niño por nacer como deseado o no deseado”.
  Hoy ya no es tema de discusión desde cuando se entiende persona al no nato. Aunque nuestro código civil considera desde la concepción en el seno materno comienza la existencia de las personas, el Pacto de San José de Costa Rica es hoy suficiente como base para considerar que la persona se constituye como tal desde el momento de la concepción cualquiera fuera el lugar de producida (atendiendo a los casos de fecundación in vitro).
  A fines de noviembre de este año comienza de nuevo a tratarse en nuestro ámbito legislativo el proyecto de ley para la despenalización del aborto. Tengo que decir que me asombró bastante lo que dijo Marianne Mollman sobre las recomendaciones de distintos comités internacionales con respecto a la necesidad de un cambio en nuestra legislación y como los mismos sostuvieron que "La penalización del aborto es incompatible con los derechos humanos". Y acá pregunto: ¿los derechos de quién?.

De la Declaración de los derechos humanos Artículo 3:
“Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”.

  Hacer estadísticas sobre aborto en un país donde el mismo está penalizado es casi imposible porque las mismas serían subestimadas, ya que no todas las mujeres que se realizan esta práctica terminan su consulta en el sistema público de salud. Por algunos datos obtenidos en 2007 se estimó que aproximadamente el 40% de los embarazos terminaron en un aborto.
  Hoy, el aborto ilegal es la primer causa de mortalidad materna en nuestro país y ese actúa quizá como mayor justificativo para la despenalización del mismo. Se supone que en correctas condiciones de asepsia del proceso serían disminuidas las complicaciones post práctica abortiva. Me pregunto, si no estaremos con esto frente a una aceptación de la premisa Maquiavélica de que “el fin justifica los medios”.
  La gran mayoría de los abortos ilegales y muertes maternas como consecuencia de ellos se producen en los niveles sociales más bajos, quizá favorecidos por falta de información con respecto a los métodos anticonceptivos, edad precoz en el inicio de las relaciones sexuales, violaciones, inaccesibilidad a los métodos anticonceptivos o al sistema de salud, etc. Tengo para decir con respecto a esto que como ciudadanos en plena capacidad de hecho debiéramos estar en condiciones de reclamar para nosotros el cumplimiento de las leyes vigentes; y digo entonces, que la Ley Nacional N° 25673 (que reglamenta la Creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable), sancionada en 2003, fue un gran avance para responder a una necesidad concreta de la sociedad. Junto a esta, la Ley 26.130 (2006), que considera que toda persona mayor de edad tiene derecho a acceder y someterse a prácticas quirúrgicas con fines contraceptivos (ligadura de trompas en la mujer y vasectomía en el hombre).
  Por último, pero a mi criterio más importante que lo precedente, porque no se establece por razonamientos humanos sino por disposición divina, somos valiosa creación de las manos de Dios; imagen y semejanza de aquel a quien en nuestro país rendimos culto en forma implícita, al declarar (nuestro Gobierno Federal), en la Constitución Nacional, el culto católico apostólico romano.
  No adhiero al antes mencionado culto por algunas diferencias doctrinales que no vienen al caso, pero sí considero a la Biblia como palabra de Dios y por lo tanto autoridad máxima y absoluta y en consecuencia de ello creo pertinente en este texto citar algunos fragmentos de ella.
  El tema del aborto no es tratado explícitamente pero en la Biblia se pueden ver los pensamientos de Dios para el ser humano. En el éxodo, y mediante las leyes que Dios le dio a su pueblo, se consideraba punible toda aquella acción violenta contra una mujer encinta que resultara en la muerte del producto de la concepción; con el agravante que si la misma también resultaba lastimada en alguna forma se aplicaría la ley del talión (ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe). En Génesis 9 Dios declara que aquel que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre.
  La pregunta es entonces si una acción como el aborto está atentando solamente contra la vida de una persona anatómica y fisiológica o también contra la existencia de un ser que además de ello tiene un carácter espiritual.

El rey David en los salmos dice:
“Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre. Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien. No estaba oculto de ti mi cuerpo, cuando en secreto fui formado, y entretejido en las profundidades de la tierra. Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos”.

  Dios es el dador de la vida, no desconoce las condiciones en que se produjo cada concepción. El nos conoció desde antes que ese espermatozoide y óvulo se unieran para darnos forma y nos sustentó en el vientre materno hasta que nacimos. ¿Nos consideramos entonces con autoridad suficiente para interrumpir ese proceso biológico cuando en realidad debiera ser Dios el que decidiera los días que le serán dados a esa persona?

Pregunto otra vez… ¿buscamos progreso o progresismo?


Por: Daiana Lebed Avondet



viernes, 5 de noviembre de 2010

- La casa de Asterión - J.L. Borges

Y la reina dió a luz un hijo que se
llamó Asterión

APOLODORO, Biblioteca, III, I

Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la Tierra. (Mienten los que declaran que en Egipto hay una parecida.) Hasta mis detractores admiten que no hay un solo mueble en la casa. Otra especie ridícula es que yo, Asterión, soy un prisionero. ¿Repetiré que no hay una puerta cerrada, añadiré que no hay una cerradura? Por lo demás, algún atardecer he pisado la calle; si antes de la noche volví, lo hice por el temor que me infundieron las caras de la plebe, caras descoloridas y aplanadas, como la mano abierta. Ya se había puesto el Sol, pero el desvalido llanto de un niño y las toscas plegarias de la grey dijeron que me habían reconocido. La gente oraba, huía, se prosternaba; unos se encaramaban al estilóbato del templo de las Hachas, otros juntaban piedras. Alguno, creo, se ocultó bajo el mar. No en vano fue una reina mi madre; no puedo confundirme con el vulgo, aunque mi modestia lo quiera.
El hecho es que soy único. No me interesa lo que un hombre pueda transmitir a otros hombres; como el filósofo, pienso que nada es comunicable por el arte de la escritura. Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra. Cierta impaciencia generosa no ha consentido que yo aprendiera a leer. A veces lo deploro, porque las noches y los días son largos.
Claro que no me faltan distracciones. Semejante al carnero que va a embestir, corro por las galerías de piedra hasta rodar al suelo, mareado. Me agazapo a la sombra de un aljibe o a la vuelta de un corredor y juego a que me buscan. Hay azoteas desde las que me dejo caer, hasta ensangrentarme. A cualquier hora puedo jugar a estar dormido, con los ojos cerrados y la respiración poderosa. (A veces me duermo realmente, a veces ha cambiado el color del día cuando he abierto los ojos.) Pero de tantos juegos el que prefiero es el del otro Asterión. Finjo que viene a visitarme y que yo le muestro la casa. Con grandes reverencias le digo: Ahora volvemos a la encrucijada anterior o Ahora desembocamos en otro patio o Bien decía yo que te gustaría la canaleta o Ahora verás una cisterna que se llenó de arena o Ya verás cómo el sótano se bifurca. A veces me equivoco y nos reímos buenamente los dos.
No sólo he imaginado esos juegos; también he meditado sobre la casa. Todas las partes de la casa están muchas veces, cualquier lugar es otro lugar. No hay un aljibe, un patio, un abrevadero, un pesebre; son catorce [son infinitos] los pesebres, abrevaderos, patios, aljibes. La casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo. Sin embargo, a fuerza de fatigar patios con un aljibe y polvorientas galerías de piedra gris he alcanzado la calle y he visto el templo de las Hachas y el mar. Esto no lo entendí hasta que una visión de la noche me reveló que también son catorce [son infinitos] los mares y los templos. Todo está muchas veces, catorce veces, pero dos cosas hay en el mundo que parecen estar una sola vez: arriba, el intrincado Sol; abajo, Asterión. Quizá yo he creado las estrellas y el Sol y la enorme casa, pero ya no me acuerdo.
Cada nueve años entran en la casa nueve hombres para que yo los libere de todo mal. Oigo sus pasos o su voz en el fondo de las galerías de piedra y corro alegremente a buscarlos. La ceremonia dura pocos minutos. Uno tras otro caen sin que yo me ensangriente las manos. Donde cayeron, quedan, y los cadáveres ayudan a distinguir una galería de las otras. Ignoro quiénes son, pero sé que uno de ellos profetizó, en la hora de su muerte, que alguna vez llegaría mi redentor. Desde entonces no me duele la soledad, porque sé que vive mi redentor y al fin se levantará sobre el polvo. Si mi oído alcanzara todos los rumores del mundo, yo percibiría sus pasos. Ojalá que me lleve a un lugar con menos galerías y menos puertas. ¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?

El Sol de la mañana reverberó en la espada de bronce. Ya no quedaba un vestigio de sangre.
- ¿Lo creerás, Ariadna? - dijo Teseo -. El minotauro apenas se defendió.

Referencia: La casa de Asterión, de Borges
© Apocatastasis.com: Literatura y Contenidos Seleccionados

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Muchos críticos asocian al mismo Borges con el personaje central de esta historia, abstraído y paseando por sus laberintos de libros, un poco alejado y diferente a todos pero con una necesidad profunda de sentirse liberado.
Asterión, un solitario, creador de su propio mundo, con la capacidad de encontrarse consigo mismo pero a la vez de sentirse en un mundo cambiante. Libre, pero a la vez prisionero de este laberinto.
Este personaje es el “equivalente” al Minotauro de la mitología griega, quien era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro y había sido encerrado en un laberinto. La criatura se volvía cada vez más salvaje en su prisión y su alimento consistía en el sacrificio de aquellos hombres y mujeres que eran castigados. Su existencia termina cuando Teseo heroicamente mata al minotauro y logra salir del laberinto gracias al hilo irrompible que Ariadna le da (que grande Ariadna, que grande Dédalo...).
A diferencia del Mito Borges propone dos ideas nuevas: una de ellas consiste en la inocencia de Asterión, quien no mataba a sus víctimas sino que inexplicablemente morían dentro del laberinto. Y la segunda es la liberación final del mismo a consecuencia de su muerte en manos de Teseo.
Borges era amante de los laberintos, quizá Borges se sentía en un laberinto como en el que nos podemos sentir a veces nosotros. En su relato encontró clara la salida, hay una forma de librarse del laberinto, espera a quien va a redimirlo de esa prisión en la que se encuentra. Hay un cambio en el sentimiento del protagonista luego de la profecía y ya no se siente solo sino esperanzado, y, cuando este libertador llega, su reacción es la apacibilidad que da la certeza de saber que de una vez por todas se ha encontrado la salida…

No los voy a molestar más con interpretaciones literarias sobre este cuento, pero me pareció sumamente interesante y es para que aquellos que se sienten en un laberinto piensen un poco en quién es este Teseo con dotes de redentor…





domingo, 31 de octubre de 2010

...sobre la reforma protestante

"Muchos han creído que la fe cristiana es una cosa sencilla y fácil y hasta han llegado a contarla entre las virtudes. Esto es porque no la han experimentado de veras ni han probado la gran fuerza que hay en la fe". Martin Lutero

El 31 de octubre de 1517 con la postulación de las 95 tesis de Lutero, que tenían como fin oponerse al negocio de venta de indulgencias que había iniciado la iglesia católica, comienza un proceso de reforma dentro de la iglesia. Subyacentes a la Reforma Protestante hay cuatro preguntas o doctrinas básicas en que estos reformadores creían que la Iglesia Católica Romana estaba en un error. Estas cuatro preguntas o doctrinas son: ¿Cómo es salvada una persona? ¿Dónde reside la autoridad religiosa? ¿Qué es la iglesia? y ¿Cuál es la esencia de la vida cristiana? Al responder estas preguntas los reformadores protestantes tales como Martín Lutero, Ulrich Swingli, Juan Calvino, y John Knox establecieron lo que sería conocido como las “Cinco Solas” (sola, es tomada de palabra del latín –solamente-) de la Reforma. Estos cinco puntos de doctrina fueron el corazón de la Reforma Protestante y fue por estas cinco doctrinas bíblicas esenciales que los reformadores protestantes tomarían su posición contra la Iglesia Católica Romana, resistiendo las demandas puestas sobre ellos aún al punto de morir; de retractarse de sus enseñanzas. Estas cinco doctrinas esenciales de la Reforma Protestante son:


1 – “Sola Scriptura”, o Solamente la Escritura: Esto afirma la doctrina bíblica, de que solo la Biblia es la única autoridad para todos los asuntos de la fe y la práctica. La Escritura y solamente la Escritura es la norma por la cual todas las enseñanzas y doctrinas de la iglesia deben ser medidas. Como Martín Lutero declaró tan elocuentemente cuando se le pidió retractarse de sus enseñanzas: Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón —porque no le creo ni al Papa ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mismos— por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la Palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable". "¡No puedo hacer otra cosa; esta es mi postura. Que Dios me ayude! Amen."
2 - “Sola Gratia”, Salvación Solamente por Gracia: Esto afirma la doctrina bíblica de que la salvación es únicamente por la gracia de Dios y que somos rescatados de Su ira por Su gracia solamente. La gracia de Dios en Cristo no es solamente necesaria, sino que es la única causa eficiente de la salvación. Esta gracia es el trabajo sobrenatural del Espíritu Santo que nos trae a Cristo, al librarnos de nuestra esclavitud del pecado y levantarnos de la muerte espiritual a la vida espiritual.
3 – “Sola Fide” La Salvación Solamente por Fe: Esto afirma la doctrina bíblica de que la justificación es por gracia solamente a través de la sola fe en Jesucristo únicamente. Es por la fe en Jesucristo que Su justicia nos es imputada, como la única satisfacción posible a la perfecta justicia de Dios.
4 – “Solus Christus” En Cristo Solamente: Esto afirma la doctrina bíblica de que la salvación se encuentra solamente en Cristo y que únicamente Su vida sin pecado y Su expiación sustitutiva, son suficientes para nuestra justificación y reconciliación con Dios el Padre. El evangelio no ha sido predicado si la obra sustitutiva de Cristo no es declarada, y la fe en Cristo y Su obra no es solicitada.
5 – “Soli Deo Gloria” Solo a Dios la Gloria: Esto afirma la doctrina bíblica de que la salvación es de Dios, y que ha sido realizada solamente por Dios para Su gloria. Afirma que como cristianos debemos glorificarle siempre, y debemos vivir todas nuestras vidas ante la presencia de Dios, bajo la autoridad de Dios, y para Su gloria solamente.

Estas cinco importantes y fundamentales doctrinas son la razón para la Reforma Protestante. Ellas son el corazón de donde la Iglesia Católica Romana se equivocó en su doctrina, y el por qué la Reforma Protestante fue necesaria, para regresar a las iglesias a través de todo el mundo a la correcta doctrina y enseñanza bíblica. Ellas son tan importantes en la actualidad para evaluar una iglesia y sus enseñanzas, como lo fueron entonces. De muchas maneras, muchos cristianos protestantes necesitan ser retados a regresar a estas doctrinas fundamentales de la fe, al igual que los reformadores retaron a la Iglesia Católica Romana a hacerlo en el siglo dieciséis.

Fuente:
http://www.gotquestions.org/espanol/Reforma-Protestante.html
Justo Gonzalez, Historia del Cristianismo tomo II

jueves, 30 de septiembre de 2010

--- En eL mAr---

Me quedé quieto un rato y el agua avanzó por mi cuerpo hasta cubrirme por completo. Me dolía cada músculo y tendón en el que estos terminaban, el frío del agua me cortaba la piel mientras me sumergía. No era un intento suicida, sabía que no podría contener el aire por mucho tiempo y debería volver a nadar.
En ese punto en que la apnea voluntaria se hace insoportable empecé con pereza a mover mis brazos y piernas para salir a la superficie, rápidamente vi la luz y saqué la cabeza para inspirar todo el aire que me fuera posible.
No tengo memoria de cuánto tiempo hace que empezó esta travesía a mar abierto, lo que sí puedo contar, es que en el inicio mi técnica era deficiente; las olas me llevaban con facilidad, y era propenso a tragar agua. En numerosas ocasiones nadadores más experimentados debieron socorrerme.
¿Por qué nado?, realmente no lo sé. Supongo en parte para mantenerme con vida, y, quizá también, por la esperanza incierta de un día poder encontrar tierra firme donde descansar.
Durante años escuché a otros hablar de la tierra y cuan cercanos estaban a ella, pero nunca ninguno volvió aseverando haberla visitado. Cuando digo otros me refiero a aquellos que como yo empezaron hace años esta travesía y a los cuales a veces veo, pero la mayor parte del tiempo estoy solo, nadando con todas mis fuerzas hacia donde creo ver un indicio de tierra. Las noches me desorientan más que el día, sobre todo las que son muy oscuras; hay otras estrelladas y calmas que suelen darme un poco de paz.
No quiero que piensen que todo es sufrimiento en el mar. He encontrado fieles compañeros de natación, personas que pasan a mi lado y siguen la misma dirección, hasta que la noche, la tormenta, o las grandes olas nos separan; pero aún así están presentes en mi cabeza y corazón. También he disfrutado momentos de descanso, días soleados en que el mar está calmo, y que acostado sobre el agua puedo despejar mi mente del deseo de “tierra”.
Lamentablemente los tiempos buenos son efímeros, con rapidez las nubes y el viento vuelven y otra vez hay que enfrentar la corriente o dejarse llevar. A través del tiempo el vaivén de las olas te arrastra, te golpea, te hace tragar agua, y lleva tu cuerpo hasta lo más profundo dificultando la tarea de salir a flote.

Me parece ver algo flotando a unos pocos kilómetros, ¿es un barco?, no lo sé. Estoy tan cansado que no creo poder llegar antes que se aleje, mis brazos se acalambran a cada brazada y aunque gritar sería una opción no creo tener fuerzas.
¡ME VIERON!, hay un hombrecito que desde la proa me hace señas para que me acerque. Grita algo, pero aún no puedo oír su voz.
Faltan solo unos metros, ya puedo ver bien el gran navío. Hay mucha gente arriba y todos parecen estar ocupados en diferentes tareas. Unos limpian, otros levantan las velas, están quienes dirigen a los que trabajan y aquellos que ayudan a los nadadores como yo a subir por la borda. Estos últimos, los esperan con ropas secas y un gran abrazo de bienvenida.
La voz del hombrecito se hace más clara ahora y parece dirigirse a mí. Mientras señala la soga que cuelga por la borda me dice que es la única forma de subir al barco, que debo aferrarme a ella con fuerza. Voces se superponen a lo que dice y me confunden, vienen de otra parte, pero no puedo identificar de dónde.
De espaldas al navío pude divisar a unos pocos kilómetros personas que me llaman con señas, no reconozco sus rostros pero sí sus voces, son otros nadadores que durante años me acompañaron, que siempre me tendieron una mano cuando la necesité.
Tomé aire y comencé a llamarlos a gritos para que se acercaran y subieran conmigo pero parecían no ver el barco, quizá por las olas o la distancia. Me aseguraban que probablemente yo tampoco lo estuviera viendo, que el cansancio de tanto nadar me hacía ver y experimentar cosas inexistentes. Me di vuelta y vi otra vez el barco, la soga y al hombrecito en la proa que me aseguraba que todo era real, solamente tenía que confiar.
Estaba confundido, no sabía qué hacer. A lo lejos seguía escuchando las voces de aquellos a quienes amaba. Quizá si me subía al barco no los volviera a ver.
El mar se embraveció, la noche estaba cercana y la decisión a tomar era difícil. Los de arriba del barco me llamaban a una voz; a algunos de ellos los conocía del mar, pero no iba a dejar por ellos, ni por nadie, todas las experiencias vividas para comenzar de nuevo arriba del barco.
Con un poco de tristeza giré, y, aunque mis brazos estaban débiles, empecé a nadar hacia las voces que me eran conocidas. El barco seguía ahí, todos me miraban mientras me alejaba y muchos lloraban por esto.
No miré más atrás y decidí confiar en que si algún día quería subir al barco estaría allí.

(dedicado a aquellos que todavía están en el mar y no se animan a subirse al barco)

domingo, 12 de septiembre de 2010

El ascensor de lo que no se habla (resucitado y corregido)

Los recorridos turísticos a veces pueden llegar a ser extraños.

Soy una persona que viaja mucho, sobre todo por nuestro país, pero nunca vi nada como lo que les voy a contar a continuación.Estaba recorriendo la Patagonia argentina; cerca de la frontera con Chile recorrí ciudades y pequeños pueblos ubicados en la base de la montaña. Un día, ya cansado de manejar, decidí parar para estirar las piernas y comer algo en un pueblito. No sé si de forma consciente o inconsciente, pero he olvidado su nombre.
Los parroquianos eran muy amables y me señalaron algunos puntos de interés turístico que podía visitar: la iglesia, la comisaría (que anteriormente había sido un fuerte), el palacio municipal, y también un pequeño cine-teatro que ya tenía una antigüedad de 100 años.Después de una suculenta comida salí a recorrer las angostas callecitas y visitar los lugares señalados. Para una persona que como yo ha recorrido casi todo el país estos paseos pueden tornarse rutinarios y hasta un poco aburridos.
Llamó mi atención en una de esas callecitas un cartel medio despintado, como todos los de ese pueblo, con una inscripción que decía: “EL ASCENSOR DE LO QUE NO SE HABLA. ENTRADA $5”.
Me reí pero me generó un poco de intriga. No entendía el por qué de tal nombre, y además, cómo era posible la existencia de un ascensor en una casa de barrio común y corriente que ni siquiera tenía un primer piso.Como consideré barato el costo de la entrada decidí pasar para ver de qué se trataba, pensé que seguramente era alguna estafa de la gente del lugar para que los turistas gastaran confiadamente su dinero.
De atrás de una cortina, parecida a las que vemos en los kioscos, apareció un calvito con cara de simpático que me explicó el funcionamiento del artefacto. Luego de subir al ascensor podía elegir solo tres destinos pero el tercero, debía ser el de retorno de lo contrario quedaría por la eternidad en el último lugar visitado.Ese hombre tenía estrategias de marketing muy raras pensé. Saqué cinco pesos del bolsillo, asentí a toda su explicación y subí a lo que para mi asombro realmente parecía un ascensor. La puerta se cerró tras de mí; era de esos ascensores que ni siquiera tienen espejos, sin embargo lo que más llamó mi atención fueron los botones. Transcribo las inscripciones de los mismos, las anoté para no olvidarlas y poder contarlo después:
1.- Retorno 2.- Desilusión 3.- Temores 4.- Sexo 5.- Traición 6.- Perdón 7.- Infierno
Entendí entonces el significado del cartel de la entrada. Sonreí al pensar que en el mundo “moderno” en que vivimos, el sexo, el perdón, la traición no son un tabú sino moneda de uso corriente. Sin lugar a dudas este atractivo turístico debió haber sido inventado hace unos cuantos años atrás.Visité primero el tercer piso, el de los temores. En un instante estaba ahí, como si el destino fuera cercano. La puerta se abrió y me vi, tendría unos 5 años. Podía recordar fácilmente ese momento, iba de la mano de mamá cruzando las vías que nos separaban del pueblo sin reparar en que el tren estaba demasiado cerca. Mamá corrió pero mi mano se soltó, un grito, viento y la alegría de mi madre porque un señor que venía tras nuestro llegó a sacarme de las vías. Hasta el día de hoy cruzar las vías me pone un poco nervioso.Recordé el segundo momento también, tendría unos 17 años. Una noche salimos con mis amigos a tomar algo y conocí a una chica. Con Clara (que fue el nombre que me dio), charlamos, reímos y terminamos en quién sabe qué lugar. Pude entonces enterarme lo que realmente pasó, me dio a tomar algo que me hizo dormir, robó todas mis cosas y quedé tirado en la calle sin nada. Desde entonces evito las relaciones ocasionales, lo que muchos afirmarían que está bien en realidad.Se estaba poniendo interesante, era como ver una película de mi vida sin poder alterar los hechos.Algunos pasajes por el piso de los temores no me hicieron mucha gracia: la dejé plantada en el altar a Claudia por mi pánico al compromiso, el miedo al fracaso me hizo renunciar a oportunidades de trabajo en el extranjero. Comprobé como me atemorizan las cosas nuevas, los desafíos, que tiemblo ante la idea de muerte y lo desconocido (aunque me animé a subir al ascensor).Con esto fue suficiente y no pensaba visitar otros pisos que hablaran sobre mí, decidí ir al último que me parecía el menos personal.La espera fue prolongada, pero al fin la puerta se abrió. Imaginaba encontrarme una especie caricatura donde un diablito sentado en una sillita y con un tridente en la mano diera órdenes a sus súbditos, o disfrutara junto con ellos de ritos de tipo orgiástico, pero el panorama me horrorizó. Un ruido ensordecedor hizo doler mis oídos, en medio del fuego podía ver figuras de seres humanos que gritaban, se retorcían y quemaban sin morir. Un olor nauseabundo a carne, piel y podredumbre me hizo vomitar.
El sufrimiento parecía ser insoportable. Entre las figuras no se diferenciaban mujeres, hombres, niños o adultos, solo una gran multitud que gritaba como nunca había escuchado gritar a nadie. Me vinieron a la mente imágenes de los campos de concentración, recordé testimonios de personas que habían estado en esos lugares y habían sido torturadas, pero definitivamente cualquier sufrimiento en la tierra era pequeño en comparación con lo que estaba experimentando esta gente. En sus gemidos pedían misericordia, que por favor los sacaran de ahí, pero yo no podía hacer nada. Recordé también unas palabras que creí haber escuchado alguna vez en una iglesia y que decían que el infierno sería el lloro y el crujir de dientes; definitivamente eso era lo que estaba viendo.¿Qué?, no podía ser, ¿cómo?, no me lo explico, aunque ningún rostro me era familiar ese llamó mi atención. ¿Era yo?, sí, estaba en medio de la muchedumbre; vi mi rostro quemado, la piel lastimada y llena de llagas sanguinolentas. En mi desesperación rasguñaba y lastimaba a los que me rodeaban, nunca me había oído gritar de esa manera. No entendía mis palabras pero no sonaban a arrepentimiento o pedido de misericordia, sonaban más bien a insultos, blasfemias, ira y desesperación.No pude ver más, debía poner fin al recorrido. Adentro del ascensor estaba sudando, mis manos se sentían calientes, de los ojos me brotaban lágrimas y mi corazón palpitaba como nunca antes. Aunque cerré la puerta del ascensor todavía podía sentir ese olor nauseabundo. Hice un esfuerzo para ver el tablero en medio de tantas lágrimas.
Bajé y el calvito me sonreía mientras me preguntaba algo que nunca entendí porque estaba consternado, tambaleante y llorando a mares.Dormí una siesta en un hotelcito del pueblo, estuvo cargada de pesadillas de ese horror. Desperté al día siguiente y decidí emprender el viaje de regreso a la capital, no estaba de ánimo para seguir paseando.Nunca volví al pueblito del sur, y no creo recordar donde queda. Desconozco si ese ascensor sigue existiendo y si los turistas aún pueden visitarlo, lo que si sé es que me gustaría saber qué hacer para no volver nunca más al piso siete.

martes, 31 de agosto de 2010

...tristes corazones...

Tus ojos aparentaban tristes, cansados, como si no tuvieran mas ganas de brillar. Con la espalda un poco doblada y la cabeza gacha parecías cargar pesadas penas de antaño. No pude decir nada, simplemente te puse una mano al hombro y pregunté alguna cordialidad a la que respondiste con una mueca casi sonriente.

Te podría haber dicho que esa cara no es propiedad tuya, que vi esa expresión también en otros. Son muchos los cansados, tristes y desanimados, los que lloran por las glorias pasadas y aborrecen las penas presentes. Muchos los que olvidaron reir verdaderamente y lo hacen como un acto reflejo; si tan solo tuviera el poder de arreglar un corazón. Como un cardiocirujano con suma destreza podría parar esa estructura maltrecha solucionar lo que no anda bien y echarla a andar de nuevo. Pero no puedo, no tengo el poder para arreglar el corazón de nadie; ni aún el mio.

No solo me siento impotente sino que tambien me reconozco rota, un poco doblada y triste. Como vos tambien necesito que me arreglen; que apliquen un par de joules a este músculo que a veces quiere dejar de funcionar.
Pero entonces me acuerdo de Él, de su corazón. Ese corazón que dejó de latir hace miles de años para que el mío pudiera hacerlo de nuevo, ese que fue el único en la historia que después de tres días volvió a palpitar, y lo hizo con mas fuerza para demostrar que había vencido la muerte, el dolor, la tristeza. Me gustaría que escucharas ese corazón latir como lo hago yo, que palpite dentro tuyo tambien. Que vuelvas a vivir, que tus ojos brillen y tu sonrisa sea sincera otra vez.

viernes, 20 de agosto de 2010

...eSceNaS...

¿A quién?¿A mi?¿están seguros? aunque no me creo capacitado para salir a escena he vivido toda mi vida como una continua exhibición. Unas veces, la gran mayoría, he sido perseguido por los macabros personajes de esta vida; y otras, escapo de los que aún no he conocido pero están al acecho.
He descubierto que el escenario no es lo suficientemente grande. Simplemente me gustaría poder descender la escaleras, sentarme en el lugar del público, y observar la consecusión de escenas en mi ausencia.
¡No me miren más! el palco, las plateas, hasta los pasillos llenos de ojos clavados sobre mi, persiguen cada paso, cada movimiento. Mi intimidad es nula y hasta la han invadido siendo alguna vez personajes de reparto.
Si hubiese un lugar solitario donde refugiarse, pero aún debajo de la cama y en sueños puedo sentirlos. Llegan a ser un dolor opresivo en mi pecho que quita la respiración.
Si tuviera que escribir una biografía de mi vida podría decir que desde la infancia todo fue muy difícil, mis padres, ocultos tras una fachada protectora y amorosa, maquinaban tras las paredes de mi cuarto la estrategia para deshacerse de mi. Sin embargo nunca les di la posibilidad de reproche, fui un hijo ejemplar.
En la universidad me desligué de ellos pensando iba a encontrar en mis colegas la "normalidad" que anhelaba, para descubrir con decepción en cada una de las personas con que me rodee, no solo el deseo de inmiscuirse en los asuntos de los demás, sino tambien, actitudes malévolas y destructivas entre ellos, o mas específicamente, orientadas a mi.
En el mediano trayecto que he recorrido nunca pude confiar en los médicos. Detrás de esas fachadas seguras y esos guardapolvos blancos y estetocopios colgados al cuello, se esconde una ignorancia que atemoriza. Esperás encontrarte con psíquicos que logran dar con la tecla a los problemas mas profundos, pero en vez de eso, es otro insignificante ser humano que te hace mil preguntas. Después te revisa por acá, por allá, te pide un montón de estudios, y, finalmente, te da un tratamiento que probablemente produzca mas daños que beneficios.
Como conclusión, el no haber encontrado nadie de confianza en el sin numero de personajes que han pasado por este escenario, me deja con el gusto amargo de creer que no puedo compartirlo con nadie. Igual, estoy demasiado ocupado escapando de los que amenazan constantemente mi vida como para dedicar tiempo a alguien, y quizá, hasta tener que protejerlo.
Ustedes me siguen mirando y no se que hacer. No hay lugares donde correr, podría hacerlo tras los telones pero tarde o temprano tendría que salir nuevamente y los encontraría ahí, estáticos, una vez más, observando.
Si cerrando y abriendo mis ojos todos desaparecieran, si con el pensamiento pudiera exterminarlos a todos para no sentir mas sobre mi una humanidad que me observa. Si pudiera escapar por la puerta del frente del teatro y no volver mas todo sería sencillo, o tolerable.
Parece que no hay remedio; la función debe continuar. Tendré que tomar coraje y seguir fingiendo lo que ustedes llaman "normalidad".
Ahora, y frente a ustedes, me voy a levantar, cambiar, desayunar, y como cada mañana, tomaré el micro hasta el consultorio, para en un acto que pareciera ser altruista propiciar tratamiento psiquiátrico a aquellos que desean adaptarse al subjetivo y mundanal concepto de "normalidad".
Hacerlos aceptables a aquellos que no han entendido que todos estamos un poco locos.

lunes, 2 de agosto de 2010

...sogas tensas...

Los que me conocen saben que soy una molesta analista de relaciones. Al haber experimentado decepción en muchas de ellas me he tornado observadora y jueza de las personas, lo cual no quiere decir que esté bien.

Una frase que se me vino a la cabeza mientras pensaba en el comportamiento de los humanos en las relaciones fue "aborrecer el pecado y no el pecador".
Con este texto solo pretendo hacer una subjetiva observación sobre el comportamiento humano.
Me produce impotencia ver ciertas relaciones y las conductas de los individuos que las integran. En un intento egoísta los integrantes de la relación tratan de empujarla hacia la satisfacción de sus propias necesidades; buscan a través del otro llenar un vacío que con otras cosas no han logrado llenar. Hasta los que dicen ser sumamente altruistas buscan en sus observadores la aprobación y recompensa.
Mas tristeza me genera verme envuelta en ese tipo de relaciones, tanto víctima como victimaria.
Relación implica reciprocidad. Amar, requiere renunciar a mi y mis intereses poniendo primeramente los del otro. Recordemos que el segundo gran mandamiento no es "Te amarás y procurarás tu bien sobre todas las cosas", sino, "amarás a tu prójimo como a ti mismo".
Obviamente, es mas natural el amor a nosotros mismos que hacia los otros. No nos cuesta tanto amar nuestras imperfecciones como amar a otro con sus imperfecciones, y fácilmente podemos caer en procurar cambiar sus errores, o desear, erróneamente, que se parezca mas a nosotros para que nos sea mas amable.
Las relaciones se tornan superficiales porque por no entrar en disputas, o no abrir el corazón, dejamos de hablar de las cosas que realmente importan. Nos alienamos; consideramos riesgoso mostrarnos vulnerables y finalmente desistimos de compartirnos refugiándonos tras una careta de felicidad y superación.

Se que en estas observaciones se puede caer fácilmente en pensar en personas y juzgarlas por eso digo que lo molesto y despreciable no somos nosotros pecadores sino el egoísmo al que le damos lugar en nuestras vidas. Somos a veces incapaces de darnos cuenta las intenciones que mueven nuestros actos, pero otras, siendo concientes, le damos de comer a ese "gran monstruo".
No hay relaciones perfectas pero sí las hay mas sanas que otras. Deseo crecer en mi capacidad de relacionarme con otros, aprender a amar y dejarme amar, compartir y glorificar a aquel que me dió la posibilidad de conocer y disfrutar de personas tan diferentes a mi.

domingo, 25 de julio de 2010

"Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas".

Es inevitable muchas veces caminar por el mundo y observar las cosas con una mente reflexiva sobre lo que ha hecho nuestro creador. Al ver el paisaje del norte, las montañas, los pueblos, la gente no puedo dejar de maravillarme del Dios creativo que tengo (que tenemos).
Uno de estos días caminaba por un cerro en un pueblito chiquito y veía no solo pisadas de hombres en la arcilla sino también patitas de pequeños animales y me acordé de un versículo que aparece varias veces en la Biblia: "Jehová, el Señor, es mi fortaleza; él me da pies como de ciervas y me hace caminar por las alturas".
No es que quiera decir que es una zona geográfica donde estos animales habitan, pero me acordé de ese pasaje y viendo el terrero en que me encontraba pensaba en la implicancia de las palabras de David (2 Samuel 22:34).
Los ciervos tienen a pesar de su estructura física unos pequeños pies y pezuñas hendidas que les permiten tener gran agilidad para saltar y moverse por terrenos escarpados.
Aunque me causa mucha gracia pensar que literalmente podríamos tener pies de ciervos la metáfora que David usa en su cántico me genera una tremenda paz. La vida cristiana no es fácil, son mas las veces que nos movemos por terrenos escarpados que en lugares llanos. La promesa de un Dios que nos permite sortear esos escollos con victoria debería generarnos esta sensación.
Seguramente los ciervos también resbalan, también tropiezan, pero han sido dotados para poder caminar aún en la noche por este tipo de terrenos.
Que aprendamos a caminar con fe en un Dios que nos sostiene y nos ha dado pies para poder caminar por terrenos difíciles.

lunes, 12 de julio de 2010

Una gran familia

"Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común; vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno.
Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos". Hechos 2:44-47

Este fin de semana pensé mucho en la gran familia que Dios me regaló; en la iglesia. Vivimos en lo que se hace llamar sociedad "postmoderna", que se jacta y disfruta del individualismo, la tecnologización de la vida, del poco compromiso social y de la "liberación" de las estructuras políticas y judiciales. En este modo de pensar los procesos cognocitivos y la fe van en desmedro en relación con la elevada popularidad de los medios masivos de comunicación que contribuyen a la idiotización (con el perdón de la expresión) y despersonalización del individuo, asi como también a la abolición de la capacidad reflexiva en cuanto a la fe y la eternidad que nos espera.
Tristemente, ese pensamiento se va infiltrando en las comunidades cristianas, logrando que cada vez mas nos alejemos del verdadero objetivo de edificarnos unos a otros.
Si leemos el pasaje de Hechos 2 se puede ver como vivía la iglesia primitiva. No solo me llama la atención el sentimiento de comunidad en que compartían todo y que estaban unánimes, sino tambien cuando dice que lo hacían "...con alegría y sencillez de corazón". No les resultaba tedioso, no dice: pensaban en las cosas que tenían que hacer en casa, en que tenían que ir a trabajar o en los problemas físicos, familiares y emocionales que los aquejaban, sino; lo hacían CON ALEGRIA. Y a esto suma la sencillez de corazones que buscan hacer la voluntad de Dios.
Puedo escuchar las críticas que dicen: "con ese criterio somos un pequeño pueblo feliz (como citaba una canción muy antigua)". Mi argumento a esas críticas es que sí, somos un pueblo muy feliz, pero como dice el pasaje al final "y el Señor añadía cada día". En este vivir como una familia no desestimamos la importancia de la evangelización. El gozo que nos produce el crecer, pasar tiempo juntos, conocernos, debiera llevarnos a juntos tomar la iniciativa y anhelar que muchos otros puedan formar parte de esto. Debiera surgir de nuestros corazones un sincero apasionamiento por aquellos que se pierden.
Me tiene que importar lo que pasa afuera y adentro. Dios no nos llama al individualismo, de hecho el segundo gran mandamiento es "amarás a tu prójimo como a ti mismo", cristiano o no, agradable o desagradable, bueno o malo.
Pablo le dice a la iglesia de filipenses: "Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás".
Me niego a mi misma, me olvido de los escozores que me producen las luchas cotidianas y me enfoco en lo que le está pasando a mi hermano y en como puedo ser de bendición a su vida.

¿estamos dispuestos a pagar el precio de dejar de lado nuestro yo para buscar el bien de nuestros hermanos?¿Anhelamos tener una iglesia postmoderna o revivir tiempos como los que se relatan en hechos?

" que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.
Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón". Efesios 4:14-18

miércoles, 30 de junio de 2010

¿y si la bestia sale?

Se había acostumbrado a vivir con él, a veces no molestaba y otras demandaba mucho de ella, tanto, que ni siquiera dejaba que fuera protagonista de su propia vida.
No lo conocía bien, porque cuando él salía, toda esa personalidad dulce, humilde, sencilla, serena, humana, se replegaba a la habitación mas alejada con tal de no verlo.
Lo que iba a suceder aquella tarde no lo esperaba. Alguien tocó el timbre de su casa, ella miró por la mirilla; lo que estaba afuera tenía cara de novedad. Sonriente abrió la puerta y escuchó atenta la noticia. Sus ojos brillaron y por dentro sintió calor, eso siempre le indicaba que estaba alegre por lo que sucedía, pero en la distracción no se dió cuenta que la puerta del fondo se abrió. Rápidamente cerró la puerta del frente e intentó correr hacia su habitación, pero ya era tarde, él, estaba ahí.
Nunca lo había visto, sabía que era grande pero no tanto. Sus ojos eran rojos y brillantes, un gran cuerno salía de su frente, su aspecto era arrugado y un tanto amorfo. No tenía pies, reptaba, pero parecía hacerlo con mucha habilidad. Era lo mas espantoso que había visto en su vida.
Un gran soplido salió de su desagradable y babosa boca y la tiró contra la puerta. Lentamente se fue aproximando hacia a ella, con una sonrisa macabra y mostrando sus dientes afilados.
Ella en una ágil maniobra corrió hacia el comedor y de allí a la cocina; nunca se había percatado de cuantas cosas se podían interponer en su camino si tenía que escapar.
El ser arrasó con todo lo que encontraba a su paso mientras la seguía, en cada movimiento iracundo crecía mas. ¿habría sido la noticia? ¿qué quería de ella?.
Era tiempo de ser valiente, no de quedarse rezagada mientras esa bestia trataba de tomar su vida y apoderarse de sus cosas. Tomó una de las cuchillas mas grandes en su cocina, una asadera de losa de protección y dejenme decirles, se sintió totalmente risueña y ridícula, pero era lo único que tenía; al fin y al cabo David mató a Goliat con una piedra, pensó.
Se escondió tras la alacena y cuando el ser apareció lo dejó pasar a su lado. Como en una película de acción, de atrás de la alacena saltó sobre un pequeño banquito que usaba para llegar a los estantes mas altos, y con el cuchillo empuñado lo clavó en donde podría estar su corazón.
¿Quién dijo alguna vez que los monstruos tenían corazón?. El ser se dió vuelta enfurecido y la tomó con una de sus inmensas garras en las que ella no había reparado. En su boca vió dos inmensas filas de dientes aguzados preparados para destruir cualquier cosa.
Lo último en desaparecer fueron sus piernas que se movían de lado a lado como queriendo luchar pero sin lograrlo. Y todo llegó a su fin.

domingo, 27 de junio de 2010

...y tan contenta...


...Definitivamente Norma Aleandro gana la película Cleopatra con su papel...

"Con lo que le dieron de indemnización pusimos un almacén, a la semana nos abrieron un supermercado enfrente. Después con lo poco que nos quedaba le dimos un adelanto para comprar un remis y nos lo robaron antes de haberlo asegurado. Y bueno, yo desde que me jubilé, di clases particulares a los chicos, cosí para afuera, hice tortas caseras, arreglos florales, bueno, vendo cosméticos a domicilio.
Una amiga decía que yo tenía muchas habilidades, porque, bueno, yo puedo abrir los dedos asi, de a uno, o de a dos, puedo poner un ojo bizco, este por ejemplo si quiero, o este, o los dos, puedo mover así el cuello sin mover el cuerpo y otras cosas".

lunes, 14 de junio de 2010

...la palabra de Juan

Un día Juan descubrió una palabra maravillosa. Estaba ahí, entre muchas otras impresas en un viejo diccionario de su casa. Cuidadosamente la marcó con el lápiz y luego puso un señalador en la página correspondiente. Corrió a la cocina a desayunar antes de comunicarle su descubrimiento al mundo.
Mientras su mamá untaba una tostada con mermelada de durazno, que era su favorita, Juan, no paraba de sonreir. Sentía que tenía en sus manos un inmenso poder que podía ser utilizado para el bien del país, que digo del país, ¡del mundo!.
Tomó el micro a la escuela y ya en su clase fue al escritorio de la maestra para mostrarle su descubrimiento. Ella leyó, sonrió, y lo mandó a sentarse a su banco mientras empezaba a hablar sobre algo de las plantas que se llamaba fotosíntesis. ¿Acaso ella creía que eso era mas importante que lo que él tenía para compartir?.
Se sintió frustrado, pequeño; se sintió NIÑO. Quizá su pequeña estatura y la cara manchada con chocolate no le dieran la seriedad que necesitaba para dar a conocer lo que tanto lo había impactado.
A pesar del desánimo, y resuelto a hacer algo por lo que no debía callarse, decidió al día siguiente ir a la casa de gobierno sin decir nada a sus padres. Ahí seguro lo iban a escuchar.
La mañana siguiente tuvo un poco de miedo, nunca había ido a la casa de gobierno y mucho menos había hecho solo un recorrido que fuera diferente al que hacía para ir a la escuela. Algunas personas en el micro y luego en el subte lo ayudaron a llegar.
Cuando puso sus pies en plaza de Mayo se dió cuenta que la "casita" era mas grande de lo que se veía en la tele. No pudo evitar correr las palomas, y se sentó un rato al lado de la fuente a contemplar el cabildo. Se comió una galletita de esas de chocolate rellenas con crema, tocó la mochila para comprobar que el diccionario estaba ahí y se dispuso a entrar a la gran casa.
Alrededor de esa casota había todo rejas, pero logró pasar por un pequeño agujerito. Los guardias de la entrada lo miraron con cara de sorpresa pero no le dijeron nada.
Se paseó de un lado a otro pero no encontraba a nadie, no quería perder demasiado tiempo porque tenía que llegar a casa en horario así que volvió a la entrada y le preguntó a los guardias donde podía encontrar al que mandaba ahí. Se miraron y rieron para luego preguntarle para qué buscaba a la presidenta.
- Es que tengo que compartirle un descubrimiento muy importante - dijo con cara de orgullo y mostrando los dientes.
- Bueno, pero ella no está acá y no sabemos cuando va a venir. Si querés decirle algo podés escribirle una carta.
No les dijo nada. Simplemente se dió media vuelta con la cabeza gacha, mirada triste y se fue a su casa. No quería escribir una carta, quería compartir lo que había aprendido, quería que lo escucharan.
Esa noche no comió y se acostó temprano. A la mañana siguiente sacó el diccionario de la mochila, guardó el señalador en el cuaderno de matemáticas y con una goma borró lo que había marcado.
Leyó la palabra una vez mas para no olvidarla.
- Diálogo: (Del latín dialŏgus). Plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos.

Puso el diccionario en la biblioteca y se fue a tomar la leche mientras escuchaba en la tele sobre piquetes, tomas de facultades, cortes de rutas, guerras entre países y no sé que otras cosas.

viernes, 4 de junio de 2010

opus innominada

Hoy estaba parada en una esquina esperando la luz verde del semáforo y entonces me dí vuelta y la ví. Estaba apoyada contra la pared, desafiante, como haciéndome burla.
Me acerqué para confrontarla pero al estar frente a ella me intimidó, quizá porque era mas grande de lo que me había parecido.

Crucé la calle casi corriendo y comenzó a seguirme. En cada esquina paré para mirar atrás y ahí estaba. No importaba cuan rápido fuera, cuantas veces intentara dejarla atrás en los sémaforos, la cantidad de gente o bicicletas que esquivara. Cuando me daba vuelta estaba ahí; contra la pared, en un poste y a veces medio escondida entre la sombra de los árboles.
 pocas cuadras de casa me cansé de su insistencia y dándome vuelta la encaré. Pasaban los segundos y las dos estábamos inmóviles. Es que yo no pensaba decirle nada, solo la miraba, con la intriga de saber por qué me seguía con tanto tezón. Ella, tambien inmutable, por momentos parecía confundirse con otras sombras.
Empecé a pensar que quizá podía acostumbrarme a su presencia, a su persecución constante. Que podría hasta gustarme verla en cada esquina o a ciertas horas del día debajo de mis pies. Estaba dispuesta a hacer las paces, pero en ese momento, en que iba a confesarle que ya no podría vivir sin ella, mi sombra, mi queridísima sombra, se fue detrás de aquel hombre de sombrero gris.
Triste y desesperanzada caminé a casa con la firme certeza de que uno ya no puede confiar ni en su propia sombra.

viernes, 21 de mayo de 2010

...de pasada

Todas las mañanas la veía pasar, por lo general era a eso de las siete de la mañana cuando el sol ya iluminaba y calentaba la sillita apoyada en la pared, y los diarios que se amontonaban en el piso con el fin de ser vendidos. Mucho tiempo antes había unido cada una de las secciones del diario para entregarlas en el orden en que correspondían.
En realidad nunca se dijeron nada, simplemente cruzaban miradas. Un poco por a media cara en las mañanas esas de invierno en que el sol todavía no iluminaba la sillita, ni las calles. En estos días mas que miradas era un intercambio de vaharadas de vapor saliendo de las bufandas o los cuellos altos.
Él, siempre llevaba una gorra amarilla, ella; ella a veces un gorro de lana tejido por alguien.
Siempre parecía apurada y muchas veces se preguntó por qué, cuál era el motivo por el que siempre corría y esperaba ansiosamente la luz verde del semáforo o que nadie viniera para cruzar. A veces llevaba una mochila que parecía sumamente pesada, otras, un morral, y pocas veces nada.
Alguna vez le pareció identificar entre tanto atuendo un guardapolvos blanco; quizá era maestra, o estaba en la escuela, o era estudiante de la facultad. Pero qué sabía el, eran tantas las posibilidades.
Se puso a pensar que hacía ya muchos años que la veía y que otras veces no caminaba, sino que en bicicleta cruzaba con osadía las calles de la ciudad.
En fin, no podía decir mucho de una desconocida; quizá ella nunca se había percatado de él, o quizá él nunca se había percatado de ella y esta historia solo estaba en su imaginario.

...al canillita de 4 y 44...

domingo, 16 de mayo de 2010

Tu misericordia, oh SEÑOR, se extiende hasta los cielos, tu fidelidad, hasta el firmamento.

Tu justicia es como los montes de Dios; tus juicios son como profundo abismo.

Tú preservas, oh SEÑOR, al hombre y al animal.

¡Cuán preciosa es, oh Dios, tu misericordia!

Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de tus alas.

Se sacian de la abundancia de tu casa, y les das a beber del río de tus delicias.

Porque en ti está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz.

Salmo 36:5-9

domingo, 9 de mayo de 2010

Autolisis

Se sentía egodistónico. El yo con el que habia podido convivir desde hace años se volvía ahora insoportable.
Por años sintió que el mundo se volvía en contra de el, que todo era un complot para volverlo un ser sombrío e infeliz.
Siempre se planteó si sus amigos y familiares lo aceptaban como era, si realmente ese sentimiento era sincero. Dudaba de sus muestras de afecto, de las promesas de confidencialidad; claro que esto, era consecuencia de que muchas veces había sido defraudado por quienes creía eran sus mas "íntimos".
Hace un tiempo esto cambió. Ese descontento con "los otros" se volvió en disconformidad consigo mismo. Se dió cuenta de sus deseos egoístas de ser notado, se abrió a la perspectiva de que quizá él y solo él, era el culpable de como lo miraban los otros.
La tarea introspectiva que había emprendido le mostraba cada vez con mayor profundidad quien era. Sus defectos eran insoportables, le dolían en el cuerpo. Su vida ahora sí que era sombria; pero no por causa de los otros, sino por causa de su propia persona. Mas de una vez pensó en terminar con este sufrimiento que lo agobiaba, que no lo dejaba respirar, pero sus fuerzas eran nulas para llevar a cabo tal acción.
El levantarse a la mañana constituía el peor de los desafios. La preocupación, la culpa de ser causa del sufrimiento de otros lo invadían. Por las tardes podía estar horas frente a la ventana pensando en quién sabe que cosa. El trabajo lo hacía por inercia y porque necesitaba del dinero para poder sobrevivir.
El sin sentido de su vida ya había colmado todas las áreas. No podía disfrutar de un paisaje, de una película; todo era insoportable, oscuro, tremendamente aburrido.
Ahí, sentado en su silla, enfrente de la ventana que daba al mar, una vez más se planteó poner fin a tanto sufrimiento. ¿Cuál sería la mejor forma? ¿Alguien realmente extrañaría su ausencia?. Se colocó el sweter, la bufanda y salió a la calle.
Caminó sin rumbo pero con un objetivo casi firme de consumar el acto suicida.Solo había un puente en la ciudad y no era demasiado alto, las vías del tren no le daban toda la seguridad de victoria, la catedral de la ciudad estaba muy visitada, pastillas no tenía. Recordó el arma que su padre tenía en la casa y entonces en una visita no programada la buscó.
Con el arma en el bolsillo caminó hasta la salida de la ciudad. Ya en el medio del campo nadie se daría cuenta de lo que estaba por suceder.
Tomo firmemente el arma, la colocó en donde se suele ver en las películas que la gente la pone, y cuando estaba ahi, en ese instante entre el disparo y la muerte sintió que el tiempo se detenía.
El arma nunca se disparó, fueron varios los intentos, pero las balas, que por cierto estaban colocadas correctamente, nunca salieron. Probó disparar en otra dirección; sintió la sensación de contragolpe en su mano, y vió como las cortezas de un arbol cercano se desprendían por el aire. Una vez mas, apuntó a la cabeza y la bala no salió.
Una nueva decepción se podía sumar a su vida, ya que ni siquiera podía consumar el acto de suicidio.
Como de la nada apareció un hombre. Le dió vergüenza ser encontrado en semejante situación.
El hombre se acercó y lo abrazó. Al instante sintió en su cuerpo un calor que lo quemaba pero que era sumamente placentero, se dió cuenta que todas esas ideas que parecían tan racionales para él ahora se volvían nada. El hombre lo seguía abrazando.
Nunca había sentido una sensación como esta, nunca había experimentado el recobrar la esperanza de estar vivo, nunca, como ahora, había encontrado sentido a la vida.
Cuando el hombre lo soltó, lo miró con decepción, no creía poder seguir viviendo sin ese calor. El hombre también lo miró, le sonrió y le dijo que él quería dar sentido a su vida, que podía sanar sus heridas, era capáz de amarlo sin decepcionarlo, de ayudarlo a caminar aún cuando por delante todo parezca oscuridad. Tambien le prometió un futuro eterno en un maravilloso lugar lejos del sufrimiento terrenal. Solo una condición, debía creer en él y aceptar su regalo.
Mientras nuestro protagonista se quedo pensando en esas palabras el hombre se empezó a alejar. No era tiempo de titubear, debía tomar una decisión. Entonces gritó: ¿Quién sos?
El hombre se dió vuelta, lo miró, le sonrió nuevamente y le dijo: - Jesús

Desesperado y corriendo hacia el que ahora había dejado de ser un extraño gritó:
-¡Jesús!, esperame que voy con vos

domingo, 2 de mayo de 2010

¡Ufa!

Sería bueno hacer un porcentaje de las expresiones de agrado y desagrado durante nuestro día solo para notar que la queja ocupa un lugar importante del mismo.
Es un síntoma desagradable que nos deja una sensación de disgusto, de disconformidad, por una situación vivida o por vivir. La queja nos predispone mal a nuevas situaciones y no nos permite disfrutar de las mismas.
Es tambien un termómetro que mide nuestra madurez, la capacidad de caminar mirando las cosas buenas que hemos recibido y reconocer que aún las situaciones que nos desagradan son una oportunidad de crecimiento.
La queja hace perder tiempo. Nos focalizamos tanto en las cosas que nos molestan que no podemos disfrutar de otras buenas que están pasando en simultáneo. Maquinamos un montón de tiempo como podemos expresar nuestro descontento de la mejor manera en vez de ayudar a construir algo mejor.
La queja puede ser entonces desencadenada por situaciones que nos tocan vivir, personales, o hacia lo que terceros hacen. En este último caso y pensando en la familia cristiana solemos quejarnos de lo que con esfuerzo otros llevan a cabo. Tengo la creencia de que la mayoría de las veces cuando nos quejamos no estamos realmente involucrados con las actividades. Los amos de la queja son aquellos que no sirven, que no se involucran; y lo peor de esa actitud es que edifica sino que traslada el descontento hacia otros hermanos.

"dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús"

Cuando tengo la tentación de quejarme tengo que parar mi pensamiento en esa dirección y decir. ¿esta persona hace lo que hace para servir a Dios? si me molesta ¿cómo puedo hacer para decirlo y ser de edificación?.
En mi vida ¿qué situaciones me producen descontento y queja? ¿cómo puede Dios estar usando esas circunstancias?

jueves, 29 de abril de 2010


...Daiana se dió cuenta que el mundo seguía girando mientras dormía. La gente anda, las hojas se caen, el agua sigue su rumbo... Se tapó, se acomodó y durmió un ratito mas. Sabe bien quien está en control de todo eso...

domingo, 25 de abril de 2010

Se necesitaban dos, no quedamos en encontrarnos, simplemente pasó. Creo que no dijimos nada, simplemente nos miramos, sonreímos, nos acercamos.

Sentí una fuerte presión placentera en mi pecho, firme, fuerte y generaba un intenso calor interior que es inexplicable con palabras.

El entrecruzamiento que duró unos segundos, lo suficiente como para renovar mis fuerzas que en las últimas semanas parecían haber decaído.

Seguimos sin decir nada. Las lágrimas empezaron a caer por mi cara sin razón alguna. Me miró, me sonrió nuevamente y otra vez sentí esa presión en mi pecho.

...A veces no se necesita decir nada...

lunes, 22 de marzo de 2010

Gritos de un corazón vacío - Parte I

¿Qué provecho recibe el hombre de todo el trabajo con que se afana bajo el sol? Una generación va y otra generación viene, mas la tierra permanece para siempre.
Porque en la mucha sabiduría hay mucha angustia, y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor.
Porque no hay memoria duradera ni del sabio ni del necio, ya que todos serán olvidados en los días venideros. ¡Cómo mueren tanto el sabio como el necio!
Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento. Asimismo aborrecí todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol, el cual tendré que dejar al hombre que vendrá después de mí. Pues, ¿qué recibe el hombre de todo su trabajo y del esfuerzo de su corazón con que se afana bajo el sol? Porque durante todos sus días su tarea es dolorosa y penosa; ni aun de noche descansa su corazón. También esto es vanidad.

Es salomón quien escribe el libro de eclesiastés. El rey de una gran nación quien parecía tenerlo todo abre su corazón para decir:
Todo lo hice
Todo lo tuve
Todo lo supe (recordemos que fue la persona mas sabia de su época)
Todo lo experimenté y de nada me privé
pero aún así me siento tremendamente vacío, siento que nada de esto tiene sentido.

Esta es la sensación que hay en el corazón de todo hombre y mujer que habiten la tierra. El vacío en el corazón no es de unos pocos, todos hemos experimentado esa sensación de insatisfacción. Nada material, físico, terrenal puede llenarlo y lo comprobamos día tras día tratando una y otra vez de alimentarlo con diversas cosas.
La felicidad es de corta duración, en un momento nos sentimos inundados de un gozo que parece nunca va a acabar y de pronto como la caída abrupta por un tobogán dejamos de tener esa sensación y pasamos a sentirnos solos, tristes, desdichados.

¿Cuál es el origen de la insatisfacción en el hombre?
En el pricipio de los tiempos Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza para que vivieran en el jardín del Edén. Tenían todos los beneficios y privilegios que se pudieran imaginar: comida, casa, una relación permanente con Dios. La única consigna para seguir disfrutando de esto era que no debían comer de un frutito que había en el jardin.
El comer del fruto no solo representa la desobediencia del ser humano, sino ese sentimiento de insatisfacción con quien era y lo que podía hacer o ser. Sintieron que necesitaban mas, fueron incapaces de ver a Dios como ser superior que podía llenarlo todo y desobedieron.
Las consecuencias ahora iban a ser fatales para toda la humanidad, por lo que Adan y eva hicieron se extendió la maldición a todos. Perdimos los privilegios delante de Dios. Todos los que vinimos después de ellos estamos lejos de su presencia de ser aceptados.

¿Qué es la insatisfacción?
Es ese deseo de querer encontrar algo que de sentido a nuestras vidas, de encontrar la cosa, persona, lugar, ocupación que tenga la capacidad de hacernos sentir felices. Intentamos continuamente de distraer nuestras cabezas con lo cotidiano para aunque sea por unos instantes escaparnos de esa realidad.
Yo puedo entender que algunos de los que estén leyendo esto quizá digan: esta piba está loca, ¿de qué me habla? ¿de Dios?, yo no creo en esas cosas.
Quiero que hagan una pausa en sus pensamientos cotidianos(y sobre mi :)) y reflexionen si realmente tienen felicidad genuina y satisfacción duradera en su vida, piensen en lo que sienten cuando llega la noche y se acuestan en la cama sin poder dormir, cómo se sienten cuando están solos y no hay ruido alrededor.
Quizá algunos puedan llegar al punto de encontrar que no hay nada, que siempre creyeron tenerlo "todo": profesión, estudios, trabajo, una familia o un proyecto de una, auto, casa, el último celular de alguna compañía conocida que tiene la capacidad de volar y prepararte el desayuno, pero descubren que ahí, en el fondo, hay una mancha negra que a veces tiene la cararotez de aparecer y que se llama insatisfacción.

(Sigue en la nota II)

Gritos de un corazón vacío - Parte II

Siguiendo con el tema de la insatisfacción para los que superaron la primera etapa acá va la segunda parte...


¿Puede el hombre llegar a sentirse satisfecho?
Esta pregunta ronda en mi cabeza y en la cabeza de mucha gente. Puedo decir que no hay forma de que el hombre se sienta satisfecho mientras su búsqueda de la satisfacción esté en las cosas de la tierra, mientras creamos que personas, posesiones, posiciones, lugares, distracciones pueden llenarnos. El único resultado va a ser decepción, y mas insatisfacción.
Yo dije que después de que el primer hombre y mujer desobedecieron Dios se enemisto con nosotros, pero Él no persistió en la posición de querer mantenernos alejados. Si hoy nosotros seguimos en ese estado es por propia elección o desconocimiento de lo que Él hizo.
Como respuesta al segundo caso hace muchos años ya que Él decidió reconciliarnos, que podíamos acercarnos y tener privilegios que habíamos perdido. La Biblia dice:

"Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros"

"Pero a todos los que le recibieron (a Cristo), les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre, que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios".

El requisito que tenemos hoy los seres humanos para "hacer las paces" con Dios es creer en lo que Cristo hizo (fue crucificado para que por medio de su muerte todos recibamos perdón por nuestros pecados pasados, presentes y futuros), recibir (aceptar ese sacrificio como un regalo que Dios nos hace) y confesar (es necesario que con nuestros labios podamos proclamar que hemos creído y recibimos este regalo inmerecido, debemos decirle a Dios que estamos dispuestos a aceptar ese "tratado de paz").

No puedo explicar con palabras lo que se siente ser Hijo de Dios, lo que se siente ser perdonado, aceptado. No puedo explicar como Dios llena esos espacios vacíos, como Él transforma nuestras vidas y cambia nuestros intereses porque es algo que cada persona debiera experimentar por si misma.
Solo puedo decirte que de la decisión que tomes al final de esta lectura depende tu vida futura acá en la tierra y luego de la muerte. Con esta decisión no solo podés dar un giro a esas sensaciones de vacío que hoy tenés sino que también podés dar un giro a tu eternidad.
La Biblia (Palabra de Dios) dice que aquellas personas que no hayan aceptado y creído lo que Cristo hizo en la cruz merecen condenación y castigo eterno (el infierno no es como lo pintan los dibujitos, dice la Biblia que allí será el lloro y el crujir de dientes por la eternidad*), y si lo pensamos es lógico porque Dios nos está regalando algo y estamos descaradamente rechazando su regalo.
Ahora para el que cree, para el que acepta esto, Él nos ha prometido una eternidad a su lado...con todas sus bendiciones y lo mas importante su presencia y ahí si que puedo asegurar QUE TODOS NUESTROS ANHELOS ESTARÁN FINALMENTE SATISFECHOS.

* alguien dijo que el Infierno es comparable a nuesto peor sufrimiento multiplicado por uno o varios millones de veces.
Espero que después de esto seas capáz de tomar una decisión...y también espero que esa sea la de llegar a reconciliarte con tu creador...

Si hay algo que no quedó claro ya saben donde encontrarme :)

miércoles, 10 de marzo de 2010

...Amores sapos...

Rosendo y yo habíamos sido muy unidos todo este tiempo o eso es lo que creía, que se yo, no cualquiera anda con un sapo por todos lados.Salís a la calle y la gente te mira con los ojos desorbitados, hay relaciones que resultan ser un poco extrañas.
A Rosendo lo conocí un día que salí a caminar por el bosque, estaba al costado del lago; me pareció una imagen tan perfecta. Rosendo, el lago; con cara de pensador seguía con su mirada los jejenes que recorrían las proximidades del agua y trataba de escapar a cualquier situación que pusiera en riesgo su vida.
Las horas de ese día pasaban y no podía dejar de mirarlo, ahora el atardecer parecía resaltar mas sus rasgos, tan hermosos, tan sapiles. Finalmente tomé coraje y me acerqué. En mi cabeza esperaba que no se hubiese dado cuenta de mi proceder durante la tarde. Rosendo me miró con esa cara de pensador abstraído que lo caracteriza y ahí lo supe, estaba realmente enamorada, porque al fin y al cabo el enamoramiento surge del disfrute de estar con el otro.
Unas horas mas hablando con Rosendo y le propuse que nos siguiéramos viendo. A medida que pasaba el tiempo yo estaba cada vez mas prendada de él, pero no sentía que nuestro amor fuera recíproco. Mientras yo lo miraba y le hablaba el seguía con esa cara impasible que llegado a un punto terminaba por molestarme.
Una y otra vez traté de decirle a Rosendo lo que me pasaba, era tal mi desconcierto en esta relación que no sabía si eramos amigos o algo mas, en realidad yo quería "algo mas". 
Preparé uno de esos discursos mentales que solemos hacer las mujeres, era una idealización perfecta de una conversación que tenía un magistral desenlace; yo, Rosendo, una casa en las montañas y muchos hijitos correteando por ahí. Nunca me caractericé por la elocuencia pero sabía que esto no podía fallar. Empecé a hablar, Rosendo estaba un poco distraído pero poco a poco se fue concentrando en mis palabras. Le hablé de que el amor tiene tiempos que no siempre son los mismos para todos, como decía Cortazar las relaciones que son mas fuertes miden su tiempo en "años caracol" y no en años luz, cité algunas frases célebres de no se que autores, traté de llorar para que viera todo lo que había en mi corazón y entonces después de tanto discurso me quedé esperando su respuesta. No se si la palabra que describe mi estado de ese momento fue indignación o decepción, era mas bien un conjunto de emociones metidas adentro de una licuadora que estaba por explotar.
Su respuesta fue croac, croac, croac, croac. Tanto tiempo invertido, tantos meses y esa fue su respuesta. Como si las conversaciones, los paseos, los tiempos juntos huiesen sido NADA. Tiraba por la basura cada cosa que por él había hecho, sentí que se mofaba de mis desvelos por acompañarlo, mis consejos en sus desencantos, mis ¡todo!.
Ahí fue cuando dije basta, obviamente esta relación tenía que acabarse, no quería pasar gran parte de mi vida al lado de un sapo que no podía darme el cariño y comprensión que necesitaba, que no tenía ningún interés de formar una familia conmigo y pasar nuestras vida juntos. Aunque me dolió me despedí, lo saludé cariñosamente y me fui del lago en el bosque. Aquel que había sido un lugar mágico al conocerlo ahora era tenebroso y como daga penetrante en mi corazón.
Di la vuelta para verlo por última vez, como pasa en toda telenovela y entonces la ví a ella, qué se yo quien era ella pero estaba ahí al lado de mi Rosendo, va, mi EX Rosendo. Lo saludó, se miraron, se sonrieron y permanecieron unos instantes al lado del lago. Lo mas extraño fue lo que pasó después, es casi imposible de describir. Rosendo empezó a crecer, era una especie de metamorfosis que transformaba todos sus rasgos sapiles en humanos. No era el mismo Rosendo que yo conocí, no era el que decía croac croac, este tenía aspecto humano con todo lo que los humanos tienen. Entonces la abrazó y charlaron largamente.
Yo, me di vuelta y empecé a caminar para mi casa sin dejar de pensar que a veces conocemos demasiados sapos que nunca llegaran a convertirse en príncipes azules en nuestra presencia pero si ante la de su verdadero amor.

sábado, 6 de marzo de 2010

Si te cansás de correr...

No soy de las personas que tienen una resistencia física admirable para correr, probablemente si salgo con muchos de ustedes en una maratón a los 300 metros ya me esté atrás y unos minutitos mas esté sentada al costado mirándolos pasar. 
Los maratonistas saben que hay momentos de la carrera en que su cuerpo entra en "crisis", se produce stress físico que produce fatiga, dolor muscular, taquicardia, disnea (sienten que les falta el aire), como si un peso les cayera desde arriba para aplastarlos pero a pesar de eso siguen corriendo. ¿por qué?, porque después de ese momento el cuerpo entra en una fase de recuperación, el dolor se alivia, la respiración se acomoda y pueden seguir hacia la meta.
No quiero hacer una analogía que ya ha sido relatada tan bien en la biblia con respecto a la vida cristiana y una carrera (hebreos 12 - 1 Co. 9:24-27 y otros), mas bien me había puesto a pensar en los que como yo después de 300 metros se cansan y quieren dejar, en los que no pueden soportar la tensión y abandonan y se sientan al costado a mirar.
Las circunstancias externas como el perder el trabajo, rendir mal los exámenes, relaciones que fracasan, ser víctimas de la presión social por nuestras creencias; y/o factores internos como tener que vivir una vida de santidad, decir que NO a lo que "todos" en general dicen que si, sentirse solo, etc. son desencadenantes de una tensión que muchas veces parece imposible de afrontar.
El que se sentó al costado y se quedó mirando se rindió, desistió de llegar a la meta, quedó abrumado por las circunstancias sin mirar mas allá.
Nadie dijo que la vida cristiana iba a ser un valle de margaritas por el que ibamos a correr libre y felizmente, mas bien algunas descripciones dicen:
"tened por sumo gozo hermanos míos, el que os halleís en diversas pruebas"
"y después que hallais sufrido un poco de tiempo"
"resistid" "si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz..."
La realidad es que a lo largo de la carrera vamos a sentir esa tensión demasiadas veces y si queremos llegar a la meta vamos a tener que soportar con paciencia ese abrumador peso y seguir adelante.
Si hoy estás tecleando y deseando abandonar la carrera o si quizá estás sentado al costado porque te cansaste de correr hay algunos pasajes en la Biblia que nos animan a seguir corriendo:

"No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar, sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla". 1 Corintios 10:13


"Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada". Romanos 8:18


"Por consiguiente, los que sufren conforme a la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien". 1 Pedro 4:19


"Y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, El mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá". 1 Pedro 5:10


"Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia". Hebreos 12:11

"Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día. Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación, al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas". 2 Corintios 4:16-18

OREMOS PARA QUE DIOS NOS FORTALEZCA Y AYUDE A SOPORTAR LA TENSIÓN, PARA QUE PODAMOS PONER LOS OJOS EN LA META Y NO MIRAR A LOS COSTADOS CON DESEOS DE ABANDONAR.
OREMOS PARA QUE AQUELLOS QUE CONOCEMOS QUE DICEN "YA ES DEMASIADO TARDE PARA VOLVER" PUEDAN VER QUE NO ES TARDE PARA EMPRENDER LA MARCHA OTRA VEZ Y QUE DIOS LOS SIGUE ESPERANDO.

QUE DIOS TE BENDIGA HOY :)